La Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) y el Ayuntamiento de Cuenca a través del Plan Municipal de Drogas, premiaron a los jóvenes conquenses que practicaron el la figura del conductor alternativo durante la pasada noche del sábado. Esta acción, correspondiente al programa Los Noc-Turnos, se realizó en las inmediaciones de la Plaza de España, con el objetivo de concienciar a los jóvenes sobre la conveniencia de practicar el conductor alternativo y realizar un consumo responsable de bebidas alcohólicas.
A través de esta iniciativa, FEBE y el Ayuntamiento de Cuenca han querido sensibilizar a los conductores de lo peligroso que resulta combinar alcohol y conducción, ofreciéndoles una solución práctica como es elegir un conductor alternativo dentro del grupo de amigos. De este modo, 110 jóvenes recibieron información sobre la necesidad de realizar un consumo 0,0 si se va a conducir, así como pautas para realizar un consumo responsable de alcohol entre aquellos acompañantes del conductor alternativo.
Además, 36 jóvenes demostraron no haber consumido nada de alcohol a lo largo de toda la noche, pasando tres controles de alcoholemia, dando 0,0 en todos ellos, por lo que recibieron un cheque de gasolina por valor de 20 euros, canjeable en cualquier gasolinera Repsol.
Noc-Turnos: El que conduce no bebe
La acción realizada el pasado sábado consistió en informar primero a los jóvenes sobre la necesidad de elegir un conductor alternativo cuando salgan de marcha, que es aquél amigo que esa noche no bebe y se responsabiliza de conducir. De esta labor se encargaron los mediadores del Ayuntamiento que fueron previamente formados en estas cuestiones por responsables de la Federación Española de Bebidas Espirituosas.
Así, bajo la premisa de que alcohol y conducción son totalmente incompatibles, se premió con 20 euros de carburante a aquellos jóvenes que demostraron no consumir nada de alcohol durante toda la noche. Para participar, los jóvenes tuvieron que presentar su carné de conducir a los monitores de FEBE, tras lo que recibieron un pasaporte que se les fue sellando a medida que iban pasando los sucesivos controles de alcoholemia. A lo largo de la noche se realizaron tres pruebas de alcoholemia en las que los participantes sólo podían continuar si demostraban no haber consumido absolutamente nada de alcohol, es decir, que los participantes tuvieron que dar 0,0 en todos estos controles.