En la Comisión Informativa de Cultura y Turismo los grupos se han reunido con el colectivo Cuenca Abstracta 2016 para recibir información de este proyecto así como también de todos los proyectos y actividades del programa cultural ‘Entre Hoces’ que el Ayuntamiento de Cuenca está elaborando.
Además, la Comisión ha aprobado por unanimidad las dos propuestas de nombrar hijos predilectos al músico Ismael Martínez Barambio y al pintor Víctor de la Vega, ambos artistas conquenses recientemente fallecidos. Al mismo tiempo que se han propuesto dos miradores para que lleven sus nombres. Propuestas que deberán ser ratificadas en el próximo Pleno.
Sin embargo, el tema más importante tratado en esta Comisión ha sido el de la difícil situación por la que atraviesa la Fundación Turismo de Cuenca.
Situación que se ha puesto de manifiesto tras la dimisión del que hasta ahora ha sido su presidente, José Luis Zorita, sin propuesta alguna de sustituto a pesar de que es la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo, de la que también es su presidente, la que ostenta la presidencia de la institución, tal y como establecen los estatutos.
Esa dimisión, sin planteamiento ninguno de otra alternativa, se viene a sumar a las enormes deudas, la ausencia de un plan de viabilidad, de alternativas y de un gerente durante la pasada legislatura. Motivos todos por los que no se han aprobado ni las cuentas de 2014 ni las de 2015 y por los que se está condenando a la Fundación a su extinción.
Precisamente uno de los temas de los que también se informó en la Comisión es el de la deuda, que se ha ido incrementando hasta alcanzar los cerca de 300.000 euros, entre Hacienda, Seguridad Social y las nóminas de los trabajadores, a quienes se les ha dejado en una situación precaria. Cabe recordar además de que parte de esta deuda tiene su origen actuaciones como la de la envoltura de las Casas Colgadas a modo de regalo y que supuso un coste cercano a los 500.000 euros. Y eso a pesar de que se vendió todo o parte del mobiliario de la institución.
Sin embargo, aun existiendo órdenes de embargo, la Fundación no se había vuelto a reunir desde el 18 de julio de 2014, fecha en que se acuerda la entrega del edifico del Centro de Recepción de Turistas al Ayuntamiento de Cuenca y a la Empresa Aguas de Cuenca.
Todo ello ha apartado a la Fundación de sus fines fundacionales y la sitúan en una causa legal de extinción
Porque, según el artículo 10.1 de sus estatutos, la Fundación debe dedicar, al menos, el 70% de sus ingresos a la promoción y gestión turística de la provincia, motivo fundamental por el que fue creada, y el resto, a los gastos de administración y a incrementar la dotación fundacional; sin embargo, ninguno de estos propósitos se ha logrado.
Además, en la Comisión se ha denunciado el desconocimiento de quién ha estado desempañando las funciones que estatutariamente le corresponden al gerente, al secretario o a la comisión delegada. Las funciones del gerente están relacionadas con la dirección y ejecución de los acuerdos, planes, estrategia y políticas de actuación, el proyecto de presupuesto anual de gastos e ingresos, gestión contable, realización material de los pagos, la tesorería, la gestión de personal y nóminas, los recursos y reclamaciones o fijar los horarios de apertura al público, entre otras.
Actualmente el Ayuntamiento de Cuenca es el único patrono que se mantiene al corriente de pago, habiendo aportado ya los 100.000 euros anuales de 2015 que le corresponden. No habiendo hecho lo mismo ni la Cámara de Comercio de Cuenca ni la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo que deben sus aportaciones desde el año 2012 respectivamente.
Por lo tanto, y con la documentación obrante, se explicita un incumplimiento generalizado de los estatutos así como que la Fundación – de ámbito provincial- no se dedica ni a los fines para los que fue creada ni tampoco destina los fondos establecidos.
Es por todo ello que la concejal de Cultura y Turismo, Marta Segarra, cree conveniente que desde la Comisión se pidan explicaciones a los que han sido sus responsables por esta forma de actuar que no ha velado durante estos años pasados para que se cumplan los fines de la Fundación y han permitido que la institución llegue a esta situación sin dar información a la ciudadanía y habiendo causado perjuicios a los trabajadores y a la Fundación.