El alcalde de Cuenca, Juan Ávila, ha asegurado hoy que recudirá la partida para gastos de representación del Ayuntamiento un 58%, por lo que pasará de 95.000 euros, que fue lo que se gastó en 2010, a 40.000 euros.
Ávila ha afirmado que “con la situación económica que tiene actualmente el Ayuntamiento y con los esfuerzos que estamos pidiendo a todos los ciudadanos, es esencial que los concejales y por supuesto el alcalde demos ejemplo y reduzcamos estos gastos a lo mínimo y absolutamente necesario”. En este punto, ha explicado que, de las tres comidas a las que ha asistido esta semana, ha pagado a dos y “a escote”. Igualmente, ha asegurado que los fines de semana, cuando asiste a actos, se desplaza en taxi “que pago con mi dinero” para “ahorrar combustible y evitar que el único conductor que tiene el Ayuntamiento (antes eran dos) haga horas extras”.
El alcalde de Cuenca también ha negado las acusaciones del presidente de la Diputación Provincia de Cuenca, Benjamín Prieto, sobre los gastos de representación que se llevaron a cabo en la anterior legislatura.
Ávila ha asegurado que le cuesta creer que Prieto haya realizado estas declaraciones porque “son absolutamente falsas”. En este punto, ha aclarado que, aunque como presidente de la Diputación dispuso de una tarjeta de crédito para hacer frente a los gastos de representación de la institución, “no gasté con ella 48.000 euros ni de enero a mayo de 2011 ni en toda la legislatura y quién lo dude lo puede comprobar en los apuntes contables”.
El alcalde de Cuenca ha recordado también que en su segundo año como presidente, cuando el equipo socialista elaboró los primeros presupuestos provinciales, redujo la partida de gastos de representación de 90.000 a 60.000 euros”. “Partida en la que – señaló- van incluidas muchas cosas más que para las tarjetas de crédito del presidente o las comidas”.
Lo que sí ha reconocido Ávila es que, siendo presidente de la Diputación, pagó el vino de honor que se ofreció en la ceremonia de Paso del Ecuador de los alumnos de la Escuela de Magisterio, al que asistieron mil personas entre padres y alumnos, porque él era el padrino y así lo marca la tradición. No obstante, señaló que lo hizo “con cargo a la partida de gastos de representación, no de la tarjeta de crédito del presidente”.