La ciudad de Cuenca se ha sumado un año más a los actos de conmemoración del XIX Aniversario de la muerte del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco, asesinado a manos de la banda terrorista ETA. Con estos actos, la capital conquense se une a los que se están celebrando por toda la geografía española.
El homenaje ha estado presidido por el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, quien ha estado acompañado por el vicepresidente de la Diputación Provincial, Julián Huete; el subdelegado del Gobierno en Cuenca, José Montalvo; el delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Tomás Godoy, además de por otras autoridades y representantes de la sociedad conquense.
El primer edil ha querido agradecer la participación de todos los asistentes en este acto de rechazo y condena de todo tipo de terrorismo. Así, el alcalde también ha destacado que el terrorismo no es algo del pasado, sino que es algo que se mantiene hoy en día y cuya amenaza sigue presente, principalmente en la figura del grupo terrorista ISIS.
El acto ha continuado con la lectura entre los principales representantes de las instituciones del Manifiesto por el XIX Aniversario ‘Miguel Ángel Blanco, La fuerza de la Memoria’, donde además de recordar aquellos fatídicos momentos de julio de 1997, se ha subrayado el papel de la sociedad entonces, quien se movilizó en favor de la vida y la libertad contra la que atentaba ETA. Así, con esta lectura también se ha querido reafirmar la “importancia de mantener una memoria ética, social y política que nos haga más libres y más capaces de resistir las adversidades y construir una convivencia y un país del que poder sentirnos orgullosos”, además de reafirmar una condena “clara y sin excusas” de todos y cada uno de los atentados cometidos.
Finalizada la lectura del Manifiesto, se ha guardado un minuto de silencio y se ha depositado un ramo de flores delante del monumento en memoria de todas las víctimas del terrorismo.
Estos actos de homenaje han tenido lugar en el Monumento de la ciudad de Cuenca a las Víctimas del Terrorismo, ubicado en una de las rotondas de la Ronda Oeste, muestra del rechazo de la sociedad conquense a este tipo de actos violentos que amenazan las libertades y derechos de las personas.